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miércoles, 27 de septiembre de 2023

EL PUENTE DE DOS VANOS

Este jueves nos convoca Myriam desde su blog DE AMORES Y RELACIONES con un tema muy amplio. Bueno mas largo que amplio: Los puentes. 

Esto es mas un ejercicio que un relato, y haciendo de la necesidad virtud, debo decir que ta vez no me he pasado de palabras

 

 Podéis encontrar el resto de aportes AQUI 

 

          Eduardo era un ingeniero con un notable problema. Uno de sus puentes estaba en peligro. Solo llevaba cinco años a pleno rendimiento y ya era el segundo problema que la daba. Le fallaban las bases y ese es un tema de difícil arreglo, necesitaba un profesional muy específico y que no le hiciera una propuesta económicamente descabellada.

          Todo se complicaba cuando explicaba que quería conservar los soportes naturales del puente, que dado que eran de material calcáreo se habían deteriorado en un tiempo demasiado corto.

          Todos los profesionales a los que consultaba le hablaban de soluciones tecnológicas de precisión, con elementos metálicos de gran resistencia, que aunque fueran ocultos traicionaban la naturaleza de su puente. Solo tenía uno pero era el suyo, y quería que conservara su espíritu.

          Finalmente sucumbió:

          ―Dos implantes y puente de tres piezas. 3.500 euros. Eso si no hay que hacer regeneración ósea.

          El espíritu tuvo que conservarlo en otro sitio.

 

jueves, 14 de septiembre de 2023

LA PROPORCION Y OTROS CUENTOS 2. EL VALOR DE LAS BOLAS

Este jueves nos convoca Inma desde su blog MOLI del CANYER con el tema de juegos infantiles. Yo he elegido "las canicas". Este relato que, por si a alguien se lo parece, no es autobiográfico, forma parte de una serie que voy a continuar sobre la desproporción entre causa y efecto; empezó hace unas semanas con uno sobre las multas de trafico y sigue con este sobre...al final se ve. No tiene temática común ni continúan. Ha salido un poco churro porque en el post anterior me robaron la inspiración.

Podéis ver el resto de aportaciones AQUI

 

          ―Chivas, pie… ―Anto hizo entrar su pie entre las dos canicas desplazándolas lo suficiente para que cupiera― …pie bueno.

          ―¡Anda, tío, que no cabe! La has movido ―protestó Pinilla.

          ―Descalzo fijo que cabe. Y no protestes tanto, que no sabes perder. ¡Tute! Tooooma… ―El impacto de las dos canicas fue tan fuerte que la de Pinilla fue a para a unos matojos cercanos. Todos fueron a buscarla pero nadie manifestó haberla encontrado.

          ―¿Y mi bola? ¿Dónde está mi bola? ¿Quién la ha cogido? ―Todos rieron.

          ―Es tu bola. Tú tienes que vigilarla. Es lo que pasa por tener esas bolas tan pequeñas. ―Todos rieron.

          ―Va, tíos. Es una pichi-pichi. Es la primera tengo tan pequeña.

          ―La mía se la ha engullido. Mi bola es engullidora, por eso es cada vez más gorda. ―Todos volvieron a reír. Y… ¡Gua! Has perdido. ¿Con que bola me vas a pagar?  

          ―Toma ―Pinilla le dio una canica de las normales―, pero dame la pichi-pichi.

          ―Que yo no la tengo. Se la ha engullido mi bola. ―Todos apoyaron la explicación―. Mi bola es muy glotona. Escucha… ―Anto sacudió su canica y casi todos escucharon como si hubiera otra dentro―. Ves, se la ha comido.

          ―Yo no oigo nada ¡Vete a la mierda! ―Pinilla se dio la vuelta y volvió a casa.

          Una bola pichi-pichi era muy apreciada porque era muy difícil impactarla. Una canica normal tenía un centímetro de diámetro; una pichi medía entre medio y un centímetro; y una pichi-pichi menos de medio centímetro.

          ―Papa, ¿una canica puede engullir a otra?

          ―¿Ya has perdido la pichi-pichi? ¿Quién ha sido?

          ―Da igual. Total, me la encontré ―mintió Pinilla. Le costó tener que iniciarse en ambientes indeseables. Con el paso de muchos años y malas artes que aprendió para sobrevivir, consiguió hacer fortuna.

          Cierto día, inspirado por una película que vio:

          ―Fermín, llama a Carlos.

          ―Enseguida Señor. ―Al momento se presentó el cocinero.

          ―Oye, ¿esto está preparado tal y como te dije que salía en aquella peli?

          ―Sí, señor. Carpaccio de sesada. Tal como salía en la película. Se lo he servido frio, tal como el Señor pidió. Lo que pasa es que el espécimen no es muy tierno. Si quiere que consigamos otro, no tiene más que…

          ―No, no. El espécimen tiene que ser este. Entero de una vez no me va a caber, pero poco a poco… ―se lamentó Pinilla refiriéndose al resto de Anto, que esperaba en el congelador.



jueves, 24 de agosto de 2023

LA PROPORCIÓNALIDAD Y OTROS CUENTOS

 Este semana de agosto térmicamente infernal, nos convoca Monica desde su blog NEOGEMINIS con el tema de las autopistas. Me he pasado de las 350 palabras otra vez. No sé cómo ha podido ocurrir. a algunos, el final podrá parecerles gratuito, pero a otros podría parecerles gratuito el resto.

Podéis encontrar el resto de participaciones AQUI

 

 

          ―Lleva usted más de dos minutos circulando por el carril central. ―No me jodas que me ha hecho parar para decirme eso―. Documentación del vehículo y carnet de conducir.

          ―Nen, busca ahí en la guantera los papeles. Tenga el carnet. No me he pasado de velocidad, ¿verdad? ―El poli me mira por encima de las gafas de sol como intentando descubrir si soy subnormal. Le dice mi nombre a su compañero que va armado con una táblet. Luego apremio a mi compi―. Va, tío. Es esa funda azul.

          ―Ya no hace falta. Pone aquí que necesita corrección visual. ¿Lleva ahí las gafas de repuesto?

          ―No, porque me operé y ahora…

          ―No las lleva ―le dice a su compañero. Y luego a nosotros―: Salgan del coche.

          ―Pero ¿he hecho algo mal? ―El poli me vuelve a mirar por encima de las Ray Ban aviator verdes. Parece que ha decidido que sí que lo soy―. Ya le he dicho que llevaba más de dos minutos circulando por el carril central.

          ―Ya, pero es que por el de la derecha van todos los camiones ―argumento después de procesar a qué puede referirse la segunda acusación―. De todos modos, tampoco es que esté prohibido.

          ―Ah ¿no? Ahora me dirá que no lo sabía. Mientras, haga el favor de soplar. Como ha cometido una infracción, le tengo que hacer la prueba de alcoholemia―. El telonero se va hacia el coche patrulla y entonces el solista adopta una posición hiperlórdica, desabrocha su cartuchera, saca de ella un arma en forma de impresora portátil, la hace girar alrededor de su dedo como haría un vaquero con su revólver, pulsa un botón y aquello empieza a escupir una tira de papel amarillo de improbable cabida en aquel chisme. El papel se fue enrollando a medida que salía. Si un día me quedo sin papel de wáter, esto, aunque sea de vía estrecha, podría servirme. Luego me extiende la receta.

          ―¿600 euros? Pero ¿está transt… ―Mi compañero me pega un codazo, y el poli me hace el favor de simular que no me ha oido. Soplo y después se van hacia su vehículo. Al cabo de unos minutos el telonero vuelve:

          ―Tendremos que esperar unos minutos. Hay poca cobertura. ―Y se vuelve al coche patrulla. Abro la puerta trasera y saco dos birras sin alcohol. Las meto en dos latas de aquellas que se pusieron de moda durante la pandemia. Aquellas que eran un milímetro más anchas que una normal, y rotulada como sin alcohol, en las que metíamos las cervezas normales para que no nos dijeran que hacíamos botellón.

          ―Pero ¿qué haces? Nos va a joder…

          ―Ya nos ha jodido. Los gastos a media, habíamos quedado ¿no?

          ―¡Una polla, a medias…! Además, una multa no es un gasto.

          ―Ah ¿no?

          ―”Todo lo que no lleva IVA no cuenta como gasto” ―me recita el contable.

          ―¡Hombreee…! Y ahora botellón. Me estáis alegrando el día… ―El solista no espera a alcanzar nuestra posición cuando ya empieza a abrir  la cartuchera, saca la maquinita, le vuelve a dar dos vueltas como los vaqueros, y justo antes de pulsar―: Esta vez 600 para cada uno, ¿eh?

          «Tarifa plana de multas», pienso, antes de decir:

          ―No, oiga jefe, espere, perdón agente, que son sin alcohol.

          ―A ver… ―El poli me coge la lata con la mano desarmada, la mira y ve el resalte de la doble lata. No pensaba que me la fuera a coger. Se la da a su compañero―. Mira esto.

          ―Esto ¿qué es? ―pregunta el telonero desenfundando la lata.

          ―Bueno… ―digo antes de saber lo que iba a decir.

          ―Es para que no se calienten tan rápido… con el calor de la mano, ya sabe. ―De algo tenía que servir algún día la carrera de contable.

          ―Ah, ya. Vale. ―Mira a su compañero y luego―: Venga, ya pueden irse; circulen.

          Que rabia me da eso de circulen:

          ―Si pagamos antes de quince días ¿tenemos descuento? ―No lo he dicho muy alto, no sea que la liemos; y luego , más bajo aun―: ¿No quieren una birrita?

          ―No jodas, tío. ―Mi compi da un empujón hacia el coche.

          ―¿Quieres conducir tú? Yo ya no sé por dónde tengo que circular. ―Mi colega no sabe conducir― Tío, ¿te has quedao cómo hacía eso de girar la impresora? El tío debe estar practicando todo el día en el coche patrulla.

          ―¿El qué?

          ―Eso de girar la impresora con el dedo como los pistoleros del oeste.

          ―No sé qué dices.

          ―Coño, eso de hacer así con el dedo como… Lo ha hecho dos veces, ¿eh?

          ―¡Que no ha hecho nada de eso! ―sentencia mi colega―. Y mira palante…

          ―¡Jooooder! Aun lo vas a defender…




jueves, 8 de junio de 2023

EPITAFIOS

Esta semana nos convoca MAG desde su blog https://latrastiendadelpecado.blogspot.com con un reto como a ella solo se la ocurriria, y más aun, se atreveria a proponer. Escribir los propios epitafios uno menos divertido por si la muerte nos sorprende bajos de humor y otro al reves.

A continuación veréis que uno no esta hecho para escribir epitafios


Podréis encontrar el resto de epitafios AQUI


AQUÍ YACE 

(por fin)

GABILIANTE

2015-2945

 ¿La vida es breve?

Pues a mi ya no se me ocurría

 nada que escribir.

 

............

 

Aquí descansa Gabi,

donde llegó sin previo aviso

tras ayudar cómo pudo,

a quien quiso

y mientras pudo.



martes, 4 de abril de 2023

EL MOMENTO

 Este jueves nos convoca M. José desde su blog LUGAR DE ENCUENTROS. El tema es la GRATITUD. Yo mas bien me he centrado en la imagen que nos aporta, que bien vista es lo mismo que la gratitud, aunque podría ser más cosas.

Podéis encontrar el resto de aportes AQUI


 

          Fuera hace frio. En cambio aquí, en este momento, que no espero que dure mucho… El aire poco a poco contaminará el agua con su gelidez. Mi propio cuerpo la contamina. El té mantiene mi calor interior, pero el té ahora está lejos; y queda poco. Aun así, lo peor es que si abro los ojos, o si muevo el brazo, o si pasa cualquier otra cosa, un mosquito o una bomba nuclear, se acabará el momento. Ya sé que no está permitido que dure, pero...

          Se me está resbalando el vaso, pero es sin querer, no pienso moverme. Finalmente ha abandonado mi mano. Espero su explosión contra el suelo. Espero pero no llega. Es sorprendentemente largo el tiempo que tarda en recorrer los sesenta centímetros que lo separan del pavimento. Espero. Finalmente llega pero no explota. Oigo como se descompone en pequeños trocitos que se van separando a medida que su corporeidad va llegando al suelo. Parece que cada uno de esos trocitos se vea capaz de atravesarlo, pero ninguno lo consigue. Solo los hielos se salvan, pero tampoco lo consiguen; solo rebotan. Sigo esperando; no pienso moverme, ni el brazo ni los ojos, el momento aun dura. Alguien reniega lejos, fuera de la bañera, pero yo no me muevo. Espero; no me atrevo a decir que disfruto, porque podría ocurrir que el momento se acabara. Alguien pone otro vaso de whisky en mi mano. ¡Vaya por Dios! Me he descubierto; no era té. El vaso está frio. El momento se acaba; ya han pasado muchas cosas dentro de él; está a punto de convertirse en un rato, y esta paz no puede durar tanto. Aun así, tenemos que dar gracias, ahora, por estos momentos. Gracias porque son gratis, y ahora porque, al menos para mí, nunca segundos whiskies fueron buenos



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